La sequía, el gran enemigo crónico de la agricultura
2017 el año más seco de la última década
El año 2017 ha sido un año complicado para España, pasando a la historia como el año con menos agua embalsada de la última década y el segundo más seco del siglo después de 2006, según MAPAMA.
Hemos vivido restricciones de agua en zonas tan inimaginables como Galicia, el abastecimiento del agua potable ya peligra en muchos hogares del país, las sequías cada vez son más recurrentes, suceden entre periodos más cortos y se están convirtiendo en más duraderas.
Durante el largo, caluroso y seco pasado verano, los embalses perdieron la mitad de su capacidad y el invierno recién finalizado, ha registrado precipitaciones inferiores a la media histórica según AEMET.
Sequía, más allá del cambio climático
España se seca. La sequía es un fenómeno habitual en la península, pero más allá del gran ausente, la lluvia, existen otros factores que dificultan y agravan aún más la situación, y esta vez parece que ha venido para quedarse. El agua se gestiona como si fuera infinita, eterna, sin apenas ninguna responsabilidad ni cultura de ahorro. La falta de lluvias, el cambio climático y la sobreexplotación de los recursos hídricos (pozos ilegales, campos de golf, parques temáticos, la agricultura intensiva etc.) han empeorado la situación.
Y es que España es ya el país más árido de Europa. Un 75% del territorio es susceptible de sufrir desertificación, según la ONU. Nuestros embalses ya están por debajo del 40% de su capacidad, nivel más bajo en los últimos 20 años.
Sin duda, 2017 ha sido el peor año para todos los ámbitos; el medio ambiente, el abastecimiento, la producción de energía y el sector primario, siendo uno de los más perjudicados la agricultura, suponiendo millones de euros en pérdidas económicas para este sector.
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La agricultura, el sector más afectado
La agricultura es el sector que más agua emplea. Un 84,3% del agua en España se destina especialmente al regadío, haciéndola muy vulnerable a las sequías y la falta de agua.
El regadío excesivo provoca una disminución de las reservas de agua, y una búsqueda constante por los propietarios de los regadíos que, ante la escasez de agua, provocan la extracción de aguas subterráneas de manera ilegal.
Las grandes empresas se están beneficiando de la política agraria actual, mientras que los pequeños agricultores son los más perjudicados. La agricultura de las zonas de Almería, Murcia o Alicante son las más sufridas.
Cultivos perdidos
En la zona sur de España, gran parte de los cítricos y cultivos hortícolas como la lechuga, el tomate, pimientos etc. están en peligro. En el norte y el este del país, los productos de primavera (maíz, patatas, remolachas…). Una perdida de estos cultivos provocaría que el mercado se quedara desabastecido y los precios subieran.
La escasez de agua está provocando restricciones en el agua de riego, provocando dificultades en el sembrado por la falta de humedad en la tierra. Por otro lado, las altas temperaturas afectan a cultivos como el almendro, cereal, girasol o el olivo.
La falta de lluvia y de agua almacenada está obligando en zonas como Elche (Alicante) a empezar a regar por turnos.
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Kokopelli Elche, un huerto ecológico con tan sólo dos días de agua a la semana
Nuestros amigos de Kokopelli son el claro ejemplo de cómo los pequeños agricultores están viéndose afectados ante la escasez de agua en nuestro país.
Kokopelli es un proyecto ecológico con dos huertos de una hectárea aproximada cada una, situados a pocos kilómetros de Elche donde cosechan productos hortícolas libres de químicos.
Pertenecen a una cooperativa de riego en la que desde el pasado mes de octubre, están siendo sometidos a un sistema de reparto de agua extremadamente estricto. Con tan solo dos días de riego por goteo a la semana, entre 2 y 4 horas cada día y con un caudal que, en muchas ocasiones es insuficiente, estos chicos se las ingenian para poder regar todos sus cultivos, aunque ya se han visto obligados a reducir parte, para poder sacar adelante menos producto pero de igual calidad.
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Contra la contaminación hídrica: alternativas eco-friendly
A la sequía, hay que sumarle otros factores como los incendios, la deforestación y la contaminación del agua, que agravan aún más esta alarmante situación.
La contaminación del agua es uno de los factores más importantes que contribuyen a la escasez de agua a nivel mundial. Provocada por basuras, desechos químicos de las fábricas o industrias, hogares domésticos o prácticas agrícolas, pueden producir aguas residuales altamente contaminantes.
Es de vital importancia comenzar a concienciarnos de la importancia, cuidado y atención que necesita el agua. Al fin y al cabo, es el bien más preciado y esencial para el sustento de la vida.
El sector industrial debe adaptarse a los requisitos ambientales y sociales, encontrar el modo de que sus procesos de producción sean más respetuosos con el medio ambiente a la par que eficientes.
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Tecnología Dropson inspirada en la naturaleza
El uso de sistemas de tratamiento de agua químicos como el descalcificador de sal tradicional, son una amenaza para la contaminación y derroche del agua. Estos sistemas derrochan hasta 200 litros de agua con sodio en cada regeneración de resinas. Estos niveles de sodio en el agua se van por el desagüe produciendo efectos muy negativos en el agua y en el medio ambiente.
Este tipo de sistemas, ya prohibidos en algunos países, tienen que sustituirse por alternativas más ecológicas y no contaminantes.
Dropson, ha desarrollado un sistema de tratamiento de agua con tecnología ecológica inspirada en la naturaleza como alternativa a los sistemas tradicionales.
El descalcificador Dropson es un sistema antical con tecnología eco-friendly libre de productos químicos, que no necesita aporte de sal ni produce residuos ni desperdicia agua. Además, no modifica la composición natural del agua, mejora el rendimiento de las instalaciones y favorece el ahorro energético.
Conoce más acerca del descalcificador Dropson.
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