El descalcificador electrónico Dropson, un plus de eficiencia energética para su hogar
Las políticas que promueven la mejora de la eficiencia energética en los hogares son cada vez más frecuentes y diversas, así como las opciones que tienen los consumidores para conseguir un mayor ahorro.
Una solución eficaz, económica y ecológica que no debe pasar desapercibida es la instalación de un descalcificador electrónico. Este sistema antical garantiza el ahorro de energía consiguiendo las condiciones óptimas de intercambio térmico entre los circuitos primario y secundario de las instalaciones, además de ofrecer protección frente a la corrosión acelerada. Reducir la cal en tuberías y electrodomésticos es, por tanto, una solución que genera un enorme ahorro energético.
Los profesionales del tratamiento de agua caliente sanitaria conocen desde hace tiempo los daños que pueden provocar los depósitos de cal en las instalaciones. En cambio, proveedores de agua, constructores y propietarios de viviendas comienzan a descubrir ahora los efectos que produce la cal en contacto con elementos calefactables, cuyo principal problema es la reducción de la eficiencia energética.
Ante esta situación, el descalcificador electrónico supone una medida eficiente, además de económica y ecológica.
¿Pero qué es la eficiencia energética? La eficiencia energética consiste en la reducción del consumo de energía, manteniendo los mismos servicios y asegurando el abastecimiento, protegiendo el medio ambiente y fomentando la sostenibilidad.
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Consumo energético en condiciones de agua dura
La dureza del agua depende de la cantidad de minerales que contenga, en particular sales de magnesio y calcio. El agua comúnmente conocida como “dura” tiene una elevada concentración de sales, mientras que el agua “blanda” contiene muy poca cantidad.
En el territorio español hay regiones con un alto grado de dureza del agua (ejemplo de instalación Dropson). La mayoría de ellas están situadas cerca de la costa, concretamente en el sur y el este de la península, con un agua dura (25- 40°fH) o muy dura (más de 40°fH).
Los propietarios de las viviendas que utilizan un agua considerada dura o muy dura encuentran con frecuencia gran cantidad de cal en sus electrodomésticos e instalaciones de agua caliente sanitaria; algo que podría evitarse con un sistema antical adecuado al tipo de instalación, al caudal y a la dureza de agua. Pero el mayor problema, más difícil de localizar y eliminar, es el elevado consumo de energía.
Las incrustaciones de cal en tuberías y electrodomésticos generan un aislamiento que repercute en la energía empleada. Cuanta más cantidad de cal haya incrustada, más energía será necesaria para calentar una misma cantidad de agua.
Cada día se emplea aproximadamente un 30% del consumo final de energía en el mantenimiento de edificios (calefacción, refrigeración, consumo de agua caliente sanitaria, ventilación, iluminación, etc.). Un porcentaje que tiende a incrementarse gradualmente.
Carbon Trust, una compañía británica que asesora a organizaciones acerca de su eficiencia energética, calcula que cada milímetro de cal sobre un elemento calefactable incrementa el consumo de energía un 7%. En condiciones de agua dura, la cal produce alrededor de 1 mm al año.
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Normativa vigente sobre eficiencia energética
España se sumó en 2013 a la estrategia Europa 2020 de la Unión Europea para afrontar el cambio climático con medidas como la reducción de las emisiones de efecto invernadero, el uso de energías renovables o la mejora de la eficiencia energética.
La normativa relativa a la energía en la edificación se centra en la Certificación de eficiencia energética de los edificios. Como sucede con los electrodomésticos, se trata de un procedimiento básico para saber cuánta energía consume anualmente una vivienda, incluyendo la producción de agua caliente, calefacción, iluminación, refrigeración y ventilación. Es decir, es la estimación del consumo necesario para satisfacer la demanda energética del edificio en unas condiciones normales de funcionamiento y ocupación.
La normativa vigente incluye también el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios, un programa de ayudas y financiación. Las principales exigencias de este reglamento hacen referencia a un mayor rendimiento energético, un mejor aislamiento de los equipos, la utilización de energías renovables y la desaparición gradual de equipos menos eficientes, entre otras iniciativas.
La necesidad de fomentar la eficiencia energética es un aspecto del que cada vez son más conscientes los propietarios de viviendas y los consumidores en general. Es por ello que para incrementar el ahorro energético la gente busca con mayor frecuencia soluciones económicas y ecológicas, como es el caso de determinados sistemas de tratamiento de agua.
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Una solución económica y ecológica
Los sistemas antical tradicionales, conocidos como descalcificadores de “intercambio de iones”, introducen sal en el agua para compensar el efecto del calcio. Se trata de un sistema químico que libera sodio, el cual fomenta la acelerada corrosión de las instalaciones.
Sin embargo, existen otros descalcificadores que utilizan un proceso físico del agua para evitar la formación de la cal a través de la cristalización del calcio y el carbono mediante impactos magnéticos. Estos sistemas antical no requieren sal para su mantenimiento. Este es el caso del descalcificador electrónico Dropson, que evita de esta forma la corrosión que provoca la sal y que no requiere mantenimiento alguno.
El descalcificador electrónico Dropson es una opción económica, ya que permite ahorrar energía impidiendo la formación de cal en tuberías y electrodomésticos, al tiempo que disuelve progresivamente la cal ya incrustada en las instalaciones. El ahorro de energía está asegurado, ya que se consiguen las condiciones óptimas de intercambio térmico entre los circuitos primario y secundario.
Pero también es una solución ecológica, pues no emite CO₂ a la atmósfera, así como ningún desecho de producto químico ni de sal.
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Ir a la web del descalcificador Dropson.
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